Los Préstamos y la ‘Pureza’ de los Idiomas

 

Ciertamente sí vale la pena tratar de guardar y en ciertos casos de rescatar las palabras nativas de un idioma, especialmente el quechua en el contexto del empleo masivo de hispanicismos.

Pero hay que aceptar también que el préstamo es un fenómeno universal que no necesariamente acaba con matar a los idiomas, ni a empobrecerlos.  Primero, nótese que como se suele decir:  el único idioma que ya no presta más palabras es ... un idioma ya muerto.  Segundo – siempre que se guarda también la palabra original del idioma (condición no siempre observada en el caso del quechua, sin embargo), la palabra prestada más bien aumenta la riqueza del vocabulario del idioma, en vez de empobrecerlo.  Como han enriquecido de sobremanera el vocabulario del inglés los prestamos del francés y del latín, junto a las palabras originales de tronco germánico.  Así que:  ¿qué idioma romance cuenta con sinónimos de ambos raíces germánicos y latinos como freedom y liberty, childish/childlike y infantile, y millares más?

Y ¿acaso el quechua era ‘puro’ antes de la llegada de los españoles?  Pues por nada:  el quechua y el aimara están completamente compenetrados por préstamos que tomaron el uno del otro.

Aquí aparecerán más tarde unas idea más sobre este asunto, pero por el momento les sugiero a los más ‘puristas’ esta parte de este excelente artículo que sigue.

 


 

La Pureza No Es Más que Ficción

 

parte de un artículo de Carlo Trivelli,
aparecido en el diario peruano El Comercio,
el día domingo 7 de julio del 2002 (pagina c5).

 

Lo que es puro en una lengua y lo que no lo es lo decide cada sociedad, en su historia, a partir de valores relativos como el prestigio o el gusto.  La pureza no es un valor absoluto, salvo en química.

¿Qué seria del castellano sin la riqueza (deberíamos decir impureza) de su legado árabe?  El contacto y el mestizaje de las lenguas es absolutamente inevitable desde el momento en que dos culturas se encuentran.  Eso pasa ahora con el spanglish, eso pasó aquí con el choque entre el quechua y el castellano.  Y si a usted no le gusta, entonces cuando vaya al estadio acostúmbrese a decir “campo de fútbol”* en vez de “cancha”, que es en realidad un termino quechua.

En cuanto a la incultura, piense en esto:  de haber sido cultos, los primeros castellanos habrían hablado latín y no castellano, que es el desarrollo de la lengua de Cicerón en una sociedad inculta como la medieval.  Es natural, siempre pasa, solo que a la vaca se le olvida cuando fue ternera.

 


   Aquí nótese a cual punto entran los prestamos en los idiomas.  La misma expresión que ofrece el autor Carlo Trivelli (sin duda sabiéndolo bien) como alternativa al préstamo del quechua, es a su vez préstamo de otro idioma, en este caso del inglés:  fútbol < football (foot pie + ball balón) .

 


 

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